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El Ciclo del Carbono (CO2), es un ciclo biogeoquímico por el cual el carbono se intercambia entre la biosfera, la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera de la Tierra. Los conocimientos sobre esta circulación de carbono posibilitan apreciar la intervención humana en el clima y sus efectos sobre el cambio climático.
El carbono (C) es uno de los elementos más abundantes, trás el hidrógeno, el Helio y el oxígeno (O). Pero es sin duda, el más crucial para la vida.
La presencia del Carbono
Existen dos formas en la que este elemento está presente en la tierra:
La forma orgánica (presente en los organismos vivos y muertos, y en los descompuestos) y otra forma inorgánica (presente en las rocas).
El ciclo del carbono necesita que descomponedores metabolicos presentes en los compuestos orgánicos de organismos muertos agreguen nuevas cantidades de CO2 al ambiente. Debe añadirse la gran cantidad que llega a la atmósfera como producto de la actividad geológica de volcánes, de la erosión de las rocas y quema de combustibles fósiles por parte del hombre.
Forma parte de los mares, el aire, las rocas, el suelo y cualquier ser vivo.
El carbono y las plantas
En nuestra atmósfera, se combina con oxígeno en un gas llamado Dióxido de carbono. Junto al Sol, mediante la fotosíntesis, el Dióxido de carbono se extrae del ambiente y es transformado en alimento.
El carbono es parte de los océanos, aire, rocas, suelos y seres vivos. El carbón no permanece en un mismo lugar, siempre está en movimiento.
El carbono y los animales
Mediante las cadenas tróficas, el carbono de las plantas circula hacia los animales herbívoros. Otros animales que se alimentan de ellos también obtienen el carbono.
El ciclo del carbono en la naturaleza circula desde las plantas y los animales al suelo
Cuando mueren, sus cuerpos, madera y hojas se descomponen e incorporan al suelo. Parte de las materias descompuestas quedan enterradas y tras millones de años, se convierten en combustibles fósiles.
De los seres vivos hacia la atmósfera
Cada vez que respiramos, liberamos CO2 a la atmósfera. Fauna y Flora se deshacen del gas de carbono mediante el proceso.
El carbono del los combustible del que hablamos va a la atmósfera cuando es quemado. Cuando quemamos esos combustibles para dar energía, la mayoría del carbón penetra la atmósfera rapidamente en forma de dióxido de carbono.
Cada año, se liberan a la atmósfera cinco mil quinientos millones de toneladas de carbono son liberadas de este modo. Unos 3.300 mil millones van a la atmósfera, y casi todo del resto se disuelve en los mares y Océanos.
El carbono circula de la atmósfera a los Mares
Los océanos y otros cuerpos de agua absorben parte del carbono de la atmósfera y los animales marinos lo usan para crear el material de sus esqueletos, conchas o caparazones.
El Dióxido de Carbono es un gas que atrapa al calor que hay en atmósfera. Sin este y otros gases, la Tierra sería un lugar congelado. Pero hemos quemado tantos combustibles que hoy día hay un 35-40% más CO2 en el aire que hace 150 años.
Según los datos obtenidos del hielo, nuestra atmósfera no contenia una cantidad semejante de carbono desde hace 425 000 años. El aumento de estos gases de invernadero en la atmósfera, está haciendo que nuestro planeta se caliente.
También se mueve por nuestro planeta por el desgaste de las rocas en tierra que puede añadirlo al agua superficial, que puede entonces arrastrarlo al océano.
Luego, es removido del agua salada cuando las conchas y huesos de los animales marinos y plancton lo fijan en el fondo del mar. Esas conchas están hechas de caliza, que contienen en buena parte carbono. Cuando se depositan en el fondo es almacenado fuera del ciclo por grandes períodos de tiempo.El carbono puede al fin ser liberado de nuevo a la atmósfera cuando la caliza se va deshaciéndo fruto de los procesos naturales de erosión, tanto físicos como químicos.
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